Terapia psicológica en Granada para los miedos y las fobias Específicas
El miedo ante peligros es una emoción normal que tiene una función de supervivencia, ya que nos permite activar nuestro organismo y que podamos movilizarnos en forma defensiva o de huida, de modo que nos pongamos a salvo. Las fobias, sin embargo, son miedos irracionales e intensos ante situaciones y/o estímulos que no son realmente peligrosas para nuestra supervivencia o, en caso de serlo, no tienen una alta probabilidad de hacernos daño. Lo mismo ocurre cuando tenemos ansiedad ante situaciones que objetivamente pueden suponer una "amenaza", no física, sino psicológica o social. Por ejemplo, un estudiante puede tener miedo a suspender o a quedar en ridículo si no sabe responder de forma acertada a una pregunta que del profesor en clase.
Este miedo, mantenido en los niveles adecuados, le hace estudiar y prepararse las lecciones. Del mismo modo, resulta normal que un niño tenga miedo a cruzar sin mirar una calle, porque puede ser atropellado. En todos estos casos se puede observar que el miedo es racional, proporcionado a la situación y adaptativo. Cuando los niveles de ansiedad/miedo son muy altos, pueden interferir negativamente en el rendimiento en una situación o dejarnos paralizados, o impedirnos afrontar tales situaciones, con las consecuencias negativas que eso puede tener en nuestra vida.
En las fobias, se produce un miedo intenso, irracional y desproporcionado a la peligrosidad real de la situación, manifestado en reacciones fisiológicas de ansiedad, por lo que en esas situaciones la persona trata de "escapar" o bien, trata de evitarla por todos los medios. Cuando hablamos de fobia específica, quiere decir que el objeto de temor es un estímulo concreto, una situación, un objeto, o un animal, por ejemplo, o una categoría de estímulos relacionados. Estas fobias pueden limitar más o menos la vida de la persona en función del tipo de situación o estímulo fóbico. Si una persona tiene fobia a volar en avión, sólo será realmente problemático y necesitará tratamiento, si la vida de la persona le requiere tener que viajar obligatoriamente en avión por cuestiones importantes o si la persona considera un gran problema no poder viajar en avión si le impide visitar lugares que le gustaría. Otra persona puede tener fobia a volar en avión, pero considera que no necesita un tratamiento porque no le afecta en su vida cotidiana.
Ejemplos de fobias específicas son: fobia a la sangre y/o a los hospitales, fobia a los ascensores, a los perros, a las arañas, a las cucarachas, a la oscuridad, a los exámenes, entre otros.